domingo, 23 de diciembre de 2012

Hace un par de años, cuando empece a retomar mi afición a la escritura, también en Navidad, mi hijo de nueve años comenzó a preguntarme acerca de los Reyes Magos... no tuve más remedio que contarle toda la verdad...


SECRETO INCONFESABLE

Esa noche decidió descubrir la verdad. Como siempre hacía cada año, cada cinco de Enero, se acostó temprano. Pero esta vez se hizo el dormido.

La espera fue larga. Ningún ruido, nada. Ni rastro de ellos... no escuchó camellos, ni dromedarios... absolutamente nada. Sus sospechas parecían fundadas. Aún así, no convencido, se levantó sigiloso. Bajó la escalera descalzo, flotando sobre los escalones sin encender la luz y miró en el salón y la cocina. Nada extraño, ninguna pista...

-¡En el garaje!..-pensó-

Siguió bajando y a través de la puerta entreabierta observó luz. Se acercó y miró a través de la rendija... En el fondo de su corazón quería ver a Melchor, Gaspar y Baltasar... pero no. Que desilusión, eran sus papas.
Le invadió una gran pena y unas ganas enormes de llorar. Abrió la puerta con rabia...

- ¡Me habéis engañado.. lo sabía. Ya no soy tan pequeño!.

-¡No hijo, no! Ven te contaré una historia. Siéntate aquí.
Hace muchos años, después de visitar a Jesús, Los Magos fueron perseguidos. Representaban un peligro. habían tomado la costumbre de visitar a todos los niños para burlarse de Herodes. Le hicieron creer que todos los años nacían cientos de Mesías. Sintiéndose amenazado, Herodes montó en cólera y ordenó perseguirlos por todo el mundo.
Durante siglos se escondieron de Herodes y sus descendientes, hasta que un día, a Baltasar, se le ocurrió una idea genial. Reunió a todos los Magos del mundo y les explicó su ocurrencia:

-"Vamos a convertir a todos los padres en Reyes Magos para siempre. Así, ni Herodes ni nadie, podrá jamas acabar con nuestro linaje. Los niños lo agradecerán toda la eternidad."

-Este es el motivo por el cual los Reyes Magos somos los padres. Dentro de nosotros habita su espíritu y su mandato:

"Haced felices a todos los niños de la tierra una vez al año, por Navidad".

Por eso estamos obligados a guardar su secreto y su recuerdo hasta que cualquier niño, por su edad, nos lo pregunte. Entonces hay que hacerle prometer que no lo revelará y que jamás, hasta que sus hijos le pregunten de nuevo, se lo contará a nadie. A cambio de esta promesa, a partir de ahora, TU, en posesión de nuestro secreto, también serás REY MAGO.

-¿Prometes guardar el secreto y no contarlo a nadie?
-Sí papa...

Aquella noche quedó grabada en su mente para siempre por haber recibido el mejor regalo que nunca imagino: poder hacer felices a otros seres de este mundo.

Un relato escrito para todos los padres del mundo.
Mario Sender

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