domingo, 20 de mayo de 2012

Una leoparda muy especial



     Al contrario que el "rey de la selva", los leopardos viven solos y, solo en los periodos de celo, suelen buscar compañía.
     
    Era un macho adulto aburrido de cumplir con los instintos reproductores con cualquier hembra receptiva. Pasaba horas tumbado sobre la rama de cualquier higuera, esperando el atardecer para satisfacer su apetito. 


   Sin embargo, ese día, decidió salir a recorrer su territorio. Tenía una gacela en la "despensa" y no necesitaba cazar. Por alguna extraña razón tenía la sensación de que algo no habitual sucedería. Su comportamiento instintivo fue el mismo de siempre: ...avanzó con el viento en contra, protegido por las hierbas altas y secas, camuflado por su pelaje. A lo lejos, en la inmensa llanura, observó todo tipo de congéneres: furiosos búfalos cafres, gráciles gacelas, poderosos elefantes, sociables ñus, esquivos facoteros, confusas cebras y, al acecho, los de siempre: leones, guepardos... y las sutiles hienas a la espera de cualquier descuido para aprovechar los restos de la "caza". 


    De pronto, entre el bosque de patas de las cebras, agazapada en el suelo, vio algo que atrajo su atención. Al principio pensó que era una pequeña cría de cebra, pues tenía sus colores -blanco y negro- pero... su cuerpo no estaba cubierto de rayas, ¡tenía manchas !. Se acercó sigiloso y... ¡sorpresa... se trataba de una leoparda!. Una rareza. No había visto nada igual en toda su vida. Como no tenía necesidad de cazar, se encaramó a un montículo donde su silueta se recortaba contra el horizonte y se dedicó, muy digno, a observarla. Tenía unos movimientos elegantes y cuando la vio en plena acción tras sus presas, quedó fascinado. Pero, en plena estampida, por el ataque, la perdió de vista. Ni tan siquiera su extraordinario olfato conseguía localizarla. 


    Entonces cambió la dirección del viento y un olor diferente le hizo volver la cabeza. Allí, a su espalda, tumbada, mirándole fijamente, estaba la leoparda con "piel de vaca". Abrió los ojos todo lo que pudo y le enseño sus poderosos colmillos. La leoparda se incorporó y, acercándose, con total confianza, le lamió la cara. Él la olisqueo y cumpliendo el ritual le indicó el camino hacia los árboles.
     
Durante años formarían pareja única. Por extraño que parezca, a pesar de que en época de celo tenían relaciones con otros de su especie, siempre volvían a encontrarse para compartir esas siestas tan agradables, a la sombra de su higuera favorita.


     Desde la barandilla, Marino, vio como las puertas del tren vomitaban gente de toda condición, mientras sus ojos, ansiosos, buscaban entre la multitud su peculiar abrigo de piel de vaca...

miércoles, 2 de mayo de 2012

Universo Infinito. ¿Por qué? ¿Para qué?

En el Universo conocido el número de estrellas que hasta ahora hemos podido calcular es de 300.000 trillones (300.000.000.000.000.000.000.000) y el diámetro en base a lo que podemos observar con nuestra tecnología actual es de aproximadamente un cuatrillón de kilómetros. La edad estimada actualmente 13.700 millones de años.
Como veréis es difícil de imaginar algo con estas magnitudes, y esta es la pregunta que primero me hago: ¿Todo esto es necesario para albergar un diminuto planeta en el borde de una pequeña galaxia, donde unos seres se pelean por una linde de tierra? Lo dudo. No tiene razón de ser o quizás aún no estemos preparados para comprenderlo.
Los últimos descubrimientos han demostrado que incluso Einstein estaba equivocado respecto a el funcionamiento de las leyes hasta hoy conocidas, en el Universo, aunque no del todo. En contra de lo que se creía, la expansión de nuestro Universo no está en proceso de desaleración. Se expande cada vez a mayor velocidad. Dentro de millones de años las galaxias y las estrellas estarán tan distantes unas de otras que cuando miremos al cielo la negrura será total; nos será imposible distinguir alguna luz en el firmamento. El frío será tan intenso que seguramente no quedará resto de vida en ningún lugar. El Universo morirá por congelación. Mientras esto no suceda, deberemos resolver algunas cuestiones que hasta ahora no hemos sido capaces nada más que de descubrirlas. El gran misterio está en saber como actúan y que son dos elementos descubiertos recientemente y responsables de la expansión y aceleración:  la materia oscura y la energía oscura. La primera representa el 20% de toda la materia del Universo, no es sensible a la luz ni la emite y no podemos verla. Simplemente esta ahí y mantiene estables las galaxias evitando que las estrellas, por efecto de la rotación, se dispersen. La energía oscura es aún mas misteriosa, representa el 70% y tiene un efecto contrario al de atracción y evita que la fuerza de atracción consiga concentrar toda la masa del Universo en un solo punto, con consecuencias catastróficas. Las partículas que componen estas dos fuerzas son un misterio. Los científicos especializados en la ciencia de las partículas trabajan de manera incansable para resolver este misterio.

Desde que era un niño siempre me he preguntado la razón de nuestra existencia: ¿Para que estamos en este mundo? ¿Que sentido tiene la inmensidad del universo? Habitamos un insignificante planeta entre miles de millones de estrellas que ni tan siquiera podemos imaginar. Un planeta azul, a la distancia perfecta de su sol, con la atmósfera ideal que nos protege de las radiaciones, con unos movimientos ideales de rotación y traslación y con un satélite adecuado a su tamaño y a las condiciones de los seres que lo habitan. ¿Una rareza única? ¿Una casualidad? ¿Evolución?
La existencia en si del Universo es algo que me inquieta a menudo. La ciencia intenta explicarnos su origen, su estructuración y modificación a lo largo de millones de años...pero, ¿ cuál es nuestro destino, para que vivimos, que lugar ocupamos respecto a ese extraordinario despliegue de grandeza. Si nos hacemos estas preguntas a lo largo de nuestra historia, y, algunos aún nos las hacemos, es porque algo nos espera en el futuro. No aquí, si no después de que nuestro cuerpo ya no pueda expresar nuestros sentimiento. Según nuestro conocimiento científico actual todos los seres vivos nacen y mueren, aunque esto no es totalmente cierto: Nuestras características químicas y físicas se perpetúan a través del código genético impreso en nuestros descendientes y así formamos parte de nuevos seres vivos, ¿quién no se reconoce en los gestos, el carácter, el aspecto físico...de nuestros hijos? Ellos son los portadores de nuestra inmortalidad terrenal, aunque nosotros nunca seremos conscientes de ello.

De una u otra forma seguiremos formando parte del Universo. Siempre estamos y estaremos en el ya que formamos parte del mismo. No hay que preocuparse de nuestro fin. Es como acabar un viaje, después siempre habrá otro y otro....siempre distinto.
Deberíamos hacernos una pregunta: ¿Será la materia y la energía oscura nuestro destino, formar parte de ella?


En este magnífico vídeo se explica con bastante claridad para cualquier neófito el funcionamiento teórico de la materia y la energía oscura.
Aquí algún día volveremos a encontrarnos.

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